"Una sola vez se vive; una sola vez se muere”
El 22 de junio de 1969, hace 52 años, la región de Ayacucho, una de las más pobres y donde el problema del latifundismo se expresaba en su forma más cruda, fue testigo de la lucha de los estudiantes, obreros y campesinos por la gratuidad de la educación que sigue vigente hasta el día de hoy.
Flor de Retama es la canción andina peruana por antonomasia, conocida y reconocida a nivel mundial, con un corte de lucha social, designada en muchas ocasiones como «música de protesta».
La Historia de la canción Flor de Retama
Circunstancias políticas para la creación de la canción
La reforma agraria impuesta por Juan Velasco Alvarado en 1969 fue una respuesta a diversos levantamientos campesinos que buscaban la reivindicación de sus demandas.
Su implementación “desde arriba”, generó aceptación y rechazo a nivel nacional. Las demandas campesinas que el gobierno pretendía frenar, no se limitaban a la recuperación de tierras despojadas de modo sistemático, desde la colonia, pues las comunidades también luchaban por la permanencia y continuidad de sus practicas culturales relacionadas, con la tierra, el agua, la lengua, la religión y el cambio de su condición de semiesclavos. Al interior del país, el desigual reparto agrario acentuó las diferencias económicas en el mundo rural y urbano. Esto acrecentó las movilizaciones de estudiantes, profesores, obreros y campesinos.
La ley 006 y el reclamo de los estudiantes universitarios
Uno de los detonantes fue la imposición de la ley 006, decretada en febrero de ese año. La ley obligaba el pago de 100 soles por curso desaprobado. Así se inició una serie de movilizaciones que derivó en una fuerte represión con un aproximado de treinta muertos en Ayacucho (La movilización se manifestó con mayor crudeza en Huanta). Dos días después la ley fue derogada.
Este acontecimiento que impactó a la ciudadanía en general, fue objeto de protestas y comentarios durante el periodo, posteriormente, los compositores transfiguraron el hecho en canciones. El wayno «Flor de Retama», probablemente es el más interpretado entre las composiciones con tema social de aquellos años hasta la fecha.
El maestro Ricardo Dolorier, autor de Flor de Retama
El profesor Ricardo Dolorier, autor del wayno citado, estudió en la universidad “La Cantuta” en la capital, Lima y compartió lectura y amistad con escritores como Oswaldo Reynoso, Murrugarra, Galvez Ronceros, Gregorio Martinez y otros. Al igual que muchos compositores andinos, no sabía ejecutar instrumento alguno. Sus creaciones musicales eran producto de un trabajo “al oído”, pues gustaba de ponerle letras a algunas tonadas de la guerra civil española.
“No pensaba en ser compositor” confiesa Ricardo Dolorier a Edwin Segovia, nunca pude tocar ningún instrumento, no tuve la oportunidad ni la paciencia, yo llevaba y guardaba las guitarras porque vivía solo.
El proceso creativo de Flor de Retama
Ricardo Dolorier, enterado de los acontecimientos en Huanta, indagó los pormenores de aquel suceso. Hugo Muñoz, amigo del compositor fue uno de los que le narraron algunos detalles.
Es así que en las vacaciones me fui a Huanta y me impactó lo que vi, las señales, desde esa ventana disparaba… aquí murió tal… El relato del doctor Castro del hospital, de las enfermeras, como llegaban los heridos…
El corazón me henchía. La población huantina conservaba fresco en la memoria el acontecimiento.
A su retorno a Lima, en el camino de la carretera a la Universidad, allí sale todo. El wayno “Flor de Retama” había sido compuesto.
Interpretación musical de Flor de Retama
El wayno en referencia fue interpretado inicialmente por la familia Rodríguez, posteriormente, por el Trio Huanta que lo grabo en un disco de 45rpm, en los años 70. La grabación no tardo en ser confiscada por el gobierno militar, porque , como arguye el autor, comenzaban a pasar en las radios. Yo tenía uno pero lo tuvieron que desaparecer. Sin duda este wayno tuvo mayor impacto en la colectividad en la voz de Martina Portocarrero en los años 80.
Con ella alcanza una mayor difusión, la calidad de su voz, el temperamento y el contexto político hizo que la canción pegara.
¿Qué significa le letra de Flor de Retama?
En su letra Flor de Retama invita al oyente atestiguar un acontecimiento no explicito en su primera estrofa. La plazuela de Huanta, el centro de la ciudad, será escenario del amarillear de la flor de retama que en la segunda estrofa, logrará amarrar su sentido poético: la retama florece.
El estribillo “amarillito amarillando/Flor de retama “, ubica al oyente en dos situaciones distintas: en la vida y en la muerte, porque el color amarillo representa la maduración de los frutos, el oro, la miel, el color del sol, la claridad, en la muerte, ya que es el color a donde viaja la vida. Todo muerto tiene ese color. en la cosmovisión andina representa además el silencio.
Su tercera estrofa refiere al espacio y a sus protagonistas: cinco esquinas, los sinchis, huantinos, estudiantes, campesinos. El emisor (omnisciente) conoce el futuro que alude a la muerte como consecuencia del accionar de los sinchis (fuerzas especiales contrainsurgentes). No se explican razones políticas o ideológicas. La presentación de los sinchis, opuestos a los estudiantes y campesinos, le es suficiente al autor para denunciar el autoritarismo del estado. El desenlace se representa en el estribillo «Amarillito, amarillando/Flor de Retama».
La fuga del wayno alude al perfume de diversas flores: jazmines, violetas, geranios y margaritas, a esa diversidad sociocultural que configura el Perú, que en este caso esta enfrentada al poder, como los estudiantes y campesinos de Huanta.
Martina Portocarrero, la voz de Flor de Retama
Letra de la canción Flor de Retama
Vengan todos a ver
ahí, vamos a ver,
En la plazuela de Huanta,
Amarillito flor de retama,
Amarillito, amarillando
Flor de retama.
Donde la sangre del pueblo,
Ahí, se derrama,
Ahí mismito florece
Amarillito flor de retama,
Amarillito, amarillando
Flor de retama.
Por cinco esquinas están,
Los sinchis entrando están.
Van a matar estudiantes
Huantinos de corazón,
Amarillito, amarillando
Flor de retama,
Van a matar campesinos
Huantinos de corazón,
Amarillito, amarillando
Flor de retama.
Fuga
La sangre del pueblo
Tiene rico perfume,
Huele a jazmines, violetas,
Geranios y margaritas,
A pólvora y dinamita.
Huele a jazmines, violetas,
Geranios y margaritas,
A pólvora y dinamita
¡Carajo!
A pólvora y dinamita
Narración del enfrentamiento entre ayacuchanos y policías: La Historia de Flor de Retama por su autor
Una anciana rebelde alzó un garrote como su arma de combate en medio de la manifestación de protesta y se lanzó contra una barricada de policías gritando: “Una sola vez se vive; una sola vez se muere”.
Tal vez fueron sus últimas palabras porque después, según algunos testigos de este hecho, la anciana campesina cayó al piso perforada por innumerables balas policiales.
Aquella muerte encrespó aún más la manifestación ayacuchana, juvenil y ciudadana, aquel domingo de 1969 en Huanta contra los intentos privatizadores de la educación del gobierno del general Juan Velasco Alvarado: los que desaprobaban un curso perdían la beca de la gratuidad y tenían que pagar 100 soles mensuales durante todo el año.
Antes de esta manifestación huantina y dominical, el viernes, en Huamanga (capital ayacuchana), los Sinchis, un grupo de policías entrenados para reprimir protestas, habían hecho de las suyas contra los manifestantes. El gobierno reconoció de manera oficial cuatro muertos, pero el Frente de Defensa calculaba por los menos 11.
Ayacucho fue el segundo foco de la lucha contra la privatización educativa. La primera reacción contra la medida nada revolucionaria de Velasco fue en el colegio Carlos Wiesse de Comas.
Aquel domingo de junio de 1969 en Huanta, los alumnos del colegio González Vigil, apoyados por padres de familia y campesinos, habían decidido frenar, con lucha en las calles, la pretensión del gobierno del general.
Habían convocado una concentración masiva en la Plaza de Armas. En Huanta, cuando hay manifestaciones de protestas, las comunidades se concentran para llegar a la plaza y unirse a los otros manifestantes; pero los campesinos indignados se negaron a cambiar de ruta acostumbrada.
Entonces empezó el enfrentamiento. Los manifestantes, de las tres concentraciones, que ya habían llegado a la plaza acudieron a ayudar a sus compañeros luego que se apagara la voz de la anciana del garrote “Una sola se vive; una sola vez se muere”. Fue tanta la agresividad que los policías tuvieron que refugiarse en la comisaría, desde donde, continuaban disparando al cuerpo de los manifestantes.
Fue en ese momento que los sinchis, el grupo de policías entrenados para reprimir protestas, esos que habían atentado contra la vida de estudiantes de Huamanga, llegaron a la plaza por la llamada “Cinco esquinas”, disparando indiscriminadamente.
Fue una gran matanza. El gobierno de Velasco reconoció 24 muertos entre campesinos, padres de familia y estudiantes. No contabilizaron los que habían recogido clandestinamente en camiones, tampoco los cuerpos de los muertos y los heridos que los campesinos se llevaron para sepultarlos en su zona.
El martes, Velasco se vio obligado a derogar esa norma que ordenaba que debían pagar los estudiantes de los colegios, de los institutos y las universidades que desaprobaran sus cursos, porque el descontento se había generalizado.
Fuente: HUAMÁN Carlos (2015). Urpischalay. Lima. I Ed.